La problemática que se está dando estos días en la Plaça de la Font, entre los propietarios de bares y restaurantes y los vecinos de la zona, reside en la dificultad de entendimiento para encontrar la solución más conveniente y así satisfacer las prioridades de ambas partes.
Según la ordenanza municipal, los locales de ocio nocturno de la Plaça de la Font pueden dar servicio a sus terrazas hasta la 1 de la madrugada. La normativa lo deja bien claro: «Las terrazas podrán funcionar, con carácter general, hasta la una de la madrugada como máximo, siempre dentro del horario permitido para esta actividad teniendo en cuenta que a partir de las 23.00h las personas que las ocupen respeten el descanso del vecindario. La noche de los viernes, sábados y vigilias de festivos se podrá ampliar una hora más el horario de cierre de la terraza concediendo 15 minutos. En caso de incumplimiento, la Guardia Urbana podrá intervenir para retirar los elementos integrantes de la terraza».
‘La plaza ha pasado de ser una zona de lujo a una de pánico’
Los vecinos de la Plaça de la Font están hartos del ruido que soportan hasta altas horas de la madrugada. Alfredo González es un de los vecinos y asegura que «vivir en la Plaça de la Font se ha convertido en una pena para nosotros. Ha pasado de ser una zona de lujo a ser una zona de pánico».
Sixte Magriñá cuenta que «en mi casa no podemos dormir, retumba todo. Oigo mejor las conversaciones de la gente que está en el bar desde mi propia casa que si estuviese en el mismo bar». «Encima de los locales vive gente que no está de vacaciones, que se tiene que levantar pronto para ir a trabajar», asegura Montserrat Boronat. «No son bares con música ambiental, se acercan más a pubs. Cuando estas en el bar tienes que gritar para hablar porque la música está más fuerte de lo normal», añade.
Rosario Pérez es una vecina que ha trabajado durante muchos años en el Ayuntamiento y afirma que «no hacen nada, cuando pusieron el bar debajo de mi casa me enviaron la carta para si estaba de acuerdo cuatro meses después de su puesta en funcionamiento».
Los vecinos coinciden en que «se tiene que saber convivir y respetar el descanso de las personas que residen en la plaza». Reclaman que el Ayuntamiento aplique la normativa municipal y tome las medidas necesarias y adecuadas para solventar el problema de la mejor manera posible. De lo contrario, los vecinos pedirán la dimisión del concejal de Licencias, Carlos Castillo, al que los vecinos consideran «responsable político de este caso».
‘Para nosotros es vital cerrar una hora más tarde en verano’
Alrededor de sesenta propietarios de bares y locales de ocio nocturno de la Part Alta de Tarragona han creado una asociación para defender sus intereses. Desde la asociación se pide al Ayuntamiento y a los vecinos que se intente regular la normativa municipal para que los bares de la Plaça de la Font, uno de los lugares más tradicionales de la ciudad, puedan cerrar sus terrazas a las 2 de la madrugada durante el verano.
María José Subirats es la propietaria del Bar Melic: «Creemos que lo que estamos pidiendo no está fuera de la ley. Lo que queremos es poder cerrar las terrazas una hora más tarde porque estamos en plena temporada de verano. Para nosotros es vital».
La agrupación asegura que intentan ser respetuosos con los vecinos. «El perfil de nuestro cliente es de 37 a 55 años. Son personas que cuando les llamas la atención te hacen caso. Además, la Plaça de la Font es un lugar donde la gente simplemente va a tomar algo. Lo que nosotros no podemos controlar son las personas que hacen ruido en la plaza», explica la dueña del Melic.
Los amos de bares y restaurantes saben cuales son sus limitaciones legales pero critican las «malas maneras y las amenazas» con que la Guardia Urbana desalojó las terrazas de la Plaça de la Font el pasado martes por la noche. María José Subirats asegura que «el segundo día que intervinieron iban un poco en plan chulo. Recibimos amenazas de que al día siguiente comenzarían a sancionarnos por el incumplimiento de la ordenanza de convivencia».
* Extret del Diari de Tarragona (11 de juliol de 2008)